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Los asirios no nos librarán, ni montaremos en caballos, ni jamás volveremos a decir a esos ídolos que nosotros mismos hicimos: “Ustedes son nuestros dioses”, porque sólo en ti encuentra misericordia el huérfano.»

«Yo sanaré su rebelión. Los amaré de pura gracia, porque mi ira se ha apartado de ellos. Yo seré para Israel como el rocío, y él florecerá como lirio y extenderá sus raíces como el Líbano.

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